Introducción
En los últimos años, han sido muchas las voces que han hablado sobre la prohibición de los teléfonos móviles en las aulas y sus desventajas para el aprendizaje del alumnado. El estudio ‘Móviles en la Escuela. Panorama normativo y otras políticas evaluadas’, del departamento de salud del gobierno Vasco, analiza fuentes documentales e investigaciones sobre las diferentes políticas aplicadas en varios países y los resultados.
Estudios desarrollados
En el estudio, se deja constancia de la falta de evidencia de resultados positivos, así como de la diversidad de políticas que van desde la prohibición estatal, mediante normas de obligado cumplimiento por los centros escolares, la emisión de pautas sin obligación a adoptarlas y la libertad de regulación de cada centro escolar.
El primer país en legislar sobre la materia fue Italia, que definió en 2007 el uso del móvil y de otros dispositivos electrónicos durante las actividades docentes como “una distracción en el proceso de aprendizaje y una falta de respeto al profesorado”. Y solamente permite usarlos bajo previo consentimiento. Luxemburgo o Portugal, por ejemplo, prohíben el móvil en todo el recinto escolar (incluidas las zonas de recreo) y regulan el uso por parte del profesorado para actividades profesionales.
Destaca el caso de Francia, con una regulación más detallada y diferenciando entre diferentes etapas educativas (educación obligatoria y no obligatoria) y si la persona tiene algún grado de discapacidad o dependencia. Y también hay otros ejemplos como Noruega, que dejan plena libertad a cada centro para que gestione sus políticas de regulación.
Para acercarnos a la respuesta sobre si funcionan las políticas más prohibicionistas en la materia, el estudio recalca varias investigaciones, como la de Beland y Murphi (2015), que observaron una mejora estadística del rendimiento académico a los 16 años en cuatro centros de ciudades inglesas que habían prohibido el uso de los móviles (Birmingham, Londres, Leicester y Manchester). Esta mejora se percibía particularmente entre el alumnado con peores resultados académicos, sin perjudicar a aquellos con mejores calificaciones. Sin embargo, en Suecia, usando la misma metodología con dos cambios (el uso de datos agregados por centros educativos y el alcance nacional) no se reflejó ninguna asociación entre el veto escolar a los móviles y las calificaciones. Por otro lado, una tesis reciente de Noruega destaca que los cambios se encuentran cuando se analizan grupos concretos.
Lo interesante de este documento también es el análisis sobre la relación que tiene el veto al móvil con el acoso escolar, destacando un descenso en aquellos centros que tienen normativas de prohibición o regulación.
Estas variables también han sido estudiadas en España por Beneito y Vicente-Chirivella (2022), con casos de 2015 en Galicia y Castilla y León, comunidades que vetaron el uso al móvil. En dicho estudió se recalcó un aumento del rendimiento escolar en el caso gallego y una reducción del acoso escolar en ambas comunidades.
Y también se analiza un estudio realizado por iniciativa propia en un centro de secundaria en Suecia, donde el profesorado aplicó excepciones desde el primer momento, alegando las tensiones y conflictos que generaba la iniciativa, describiéndola como una pérdida de tiempo al no tener los resultados de aprendizaje tranquilo que se preveía. Al final, se decidió dejar en manos de cada docente la regulación, en función de las características y necesidades del aula.
Conclusiones
Vistas estas investigaciones y sus resultados, hay una pregunta recurrente que se hace el propio estudio ante este interés creciente en regular o prohibir el uso de los móviles en el ámbito escolar: ¿hay suficientes evidencias de que vetar los móviles en el aula mejora el rendimiento y bienestar del alumnado? Es cierto que la Unesco reclama una postura en la que se tenga en cuenta la evidencia científica, pero lo cierto es que esta es muy escasa y poco conclusiva.
Además, las investigaciones han sido realizadas bajo diferentes metodologías y contextos sociales, económicos, culturales y políticos; y en estos casos hay otras muchas variables que podrían influir en los resultados académicos, así como en el acoso escolar.
Ante esta incertidumbre, el estudio afirma que el sentido común y la prudencia es lo más acertado. Hasta entonces, tocará tener en cuenta las recomendaciones de la Unesco en cuanto a la claridad sobre lo que se permite y no, la realización de diálogos donde estén todas las partes representadas, el entendimiento del papel de las nuevas tecnologías en el ámbito y mejora escolar, así como sus riesgos, y desarrollar en el alumnado y profesorado una capacidad crítica y de comprensión sobre el uso de las nuevas tecnologías. Llámanos
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