Un taller sobre Adicciones
A continuación, desarrollaremos un taller, donde buscamos explorar un poco sobre los factores de riesgo y de protección, individuales, familiares y contextuales. ¿Para qué nos sirven? como herramientas útiles para poder establecer: dos puntos importantes: 1. Los objetivos de una posible intervención. 2. Para poder detectar situaciones de alto riesgo.
Conceptos sobre factores de riesgo y protección
Factor de riesgo: Cualquier característica de una persona o comunidad que incremente la probabilidad de que se desarrolle un problema.
Factor de protección: Son todos aquellos recursos, condiciones o situaciones internas o externas de las personas, las familias que hacen menos probable o inhiben la respuesta violenta, que los fortalece. Como ejemplo estas cualidades, destrezas y capacidades en diferentes campos de los miembros de la familia; el afecto, el amor entre ellos, la solidaridad, los vínculos con otras personas, la ética y las prácticas religiosas.
Prevención: Son todas aquellas acciones encaminadas armonizar, defender y aumentar la salud, entendida no como la simple ausencia de enfermedad, sino como un estado armónico, individual y colectivo de bienestar físico, mental y social.
Factores individuales: Hacen referencia a las características internas del individuo, a su forma de ser, sentirse y comportarse.
Factores de riesgo Individuales: Desajuste emocional en los jóvenes, piensan poco en el futuro, no tienen metas claras, actitud negativa frente a la vida, no sienten satisfacción de si mismos, dificultad para estrechar vínculos afectivos, dificultad para expresar sentimientos, y ser asertivos, poca tolerancia a la frustración.
Factores de riesgos Familiares: Son aquellos aspectos relativos al entorno más próximo de la persona, es decir, la interacción específica de cada sujeto con la familia.
Factores de riesgos Familiares: Dificultad en el seguimiento y control de los hijos, desinterés o dificultad sobre como ejercer la paternidad, manejo de limites, dialogo y cercanía afectiva, poca participación en el mudo emocional de los hijos.
Factores de riesgo Contextuales: Son aquellos aspectos relativos al entorno, los amigos, la escuela, contexto cultural. Invasión de los medios de comunicación, los cuales plantean unos modelos e ideales diferentes a los modelos familiares; tales como posibilidades para incluirse de forma temprana en la sexualidad con el riesgo de embarazos adolescentes, interrumpir el desarrollo educativo y social. Oferta amplia y accesible al consumo de alcohol y otras sustancias alucinógenas o estimulantes. Acceso a la pornografia y uso descomunal de las TIC, las cuales han cautivado la inteligencia y las emociones de nuestros jóvenes y niños, con estímulos rápidos y ya elaborados. Estos actuan en un fenómeno inconsciente llamado psicoadaptación, el cual aumenta el umbral de placer, en la vida real, con el tiempo los niños y jóvenes pierden el placer por los pequeños estímulos de la rutina diaria. Necesitan hacer muchas cosas para disfrutar poco, lo cual les genera personalidades inestables, insatisfechas y fluctuantes.
La Psicoadaptación
- Algunas actitudes, creencias y valores: que actúan como factores de protección, son la religiosidad, el grado de satisfacción personal respecto a la vida y las actitudes positivas hacia la salud, entre otras
- Percepción del Riesgo: Las personas toman decisiones en función de las consecuencias positivas que van a obtener y evitan las consecuencias negativas. Si perciben que algo les va a acarrear dichas consecuencias negativas no lo harán. Por ello, la concepción que se tiene sobre las distintas drogas, que depende tanto del uso, como de las creencias y de la propia construcción social sobre la sustancia, influye en su consumo. Por ello es de gran relevancia proporcionar información correcta y tener siempre presente que el objetivo de una persona es tener las suficientes habilidades para enfrentarse adecuadamente al mundo circundante y tener una buena adaptación en el mismo.
- Habilidades sociales: Son capacidades de interacción social, recursos para establecer relaciones adecuadas y adaptadas a la realidad, expresando las propias opiniones y sentimientos. Algunas investigaciones han relacionado el déficit de habilidades sociales con el consumo de alcohol sobre todo, en sus componentes de conducta antisocial y falta de asertividad. Otras, encuentran relaciones entre los déficits en habilidades sociales y el consumo de tabaco, explicando que, esta carencia de habilidades podría ser causante de estrés y por tanto la utilización de tabaco podría servir para eliminar los sentimientos de ansiedad y/o hacer frente a estas situaciones sociales.
- Auto concepto y autoestima: Son dos conceptos que están íntimamente relacionados. El primero hace referencia a la imagen que cada persona tiene de sí misma y es el resultado de la suma, tanto de la percepción del sujeto sobre sí mismo como de la de los demás sobre el; el segundo hace referencia a la valoración que damos a esta imagen de nosotros mismos. Las investigaciones muestran que los Jovenes con baja autoestima son más vulnerables a la presión de los pares para realizar comportamientos de riesgo.
- Autocontrol: El autocontrol es la capacidad del ser humano para dirigir y controlar su propia conducta y sus sentimientos. Está muy relacionado con el autoconcepto y la autoestima ya que «una persona que tiene una idea de sí misma coherente con su verdadera forma de ser manifestará unos sentimientos positivos hacia su persona, conocer sus propios límites y poseerá un nivel aceptable de control sobre lo que hace y sobre las consecuencias que de ello se derivan» (Vallés, 1996). López-Torrecillas et al. (2003) han mostrado que el autocontrol se relaciona con el consumo de drogas de manera inversa, es decir, a medida que los niveles de autocontrol disminuyen, aumentan la cantidad y cronicidad de consumo de drogas, por lo que se deduce que si un sujeto presenta una puntuación baja en autocontrol la probabilidad de consumo de drogas aumenta.
- Experimentación y la búsqueda de sensaciones: La experiencia directa con las sustancias es una variable de gran influencia en el consumo. Esta variable crea en el sujeto unas expectativas y una experiencia que le proporciona información empírica que le servirá para determinar acciones futuras. Según Bandura (1984) si el sujeto percibe que el consumo de alcohol resulta una estrategia de afrontamiento adecuada, su tendencia al consumo será mayor. La búsqueda de sensaciones es un rasgo de personalidad que se caracteriza por la necesidad de sensaciones y experiencias complejas, variadas y nuevas, y el gusto por el riesgo físico y social a fin de obtenerlas.
- Tolerancia a la frustración: La frustración es un fenómeno natural en la vida de cualquier ser humano, que surge cuando nos enfrentamos a un impedimento o bloqueo. A lo largo del proceso de desarrollo de la personalidad, las personas aprenden a postergar la gratificación de sus necesidades, de tal forma que son capaces de asumir una cierta dosis de frustración. Algunas personas, incapaces de tolerar la frustración, requieren la satisfacción inmediata de sus necesidades, de forma que las drogas pueden parecerles inicialmente un medio rápido para lograr el placer inmediato, más difícil de conseguir por otros medios.
- Aprobación social y autonomía respecto al grupo: Algunas personas tienen mayor necesidad de obtener la aprobación de los demás, lo cual les puede llevar a una situación de extrema dependencia respecto al grupo ya que, para lograrla, ajustarán su conducta a las exigencias de los demás sin tener en cuenta si se trata de un comportamiento adecuado o los costes personales que ello pueda suponer (Turbi et al., 2005). En este sentido, la escasa resistencia a la incitación grupal está relacionada con una actitud predisponerte al consumo de sustancias.
- Conformidad con las normas socialeS: La sociedad regula numerosas conductas, entre las cuales está el consumo de drogas, en algunos casos mediante disposiciones legales (drogas ilegales, prohibición de venta de alcohol o tabaco a menores de 18 años y consumo de tabaco en lugares públicos, entre otros) y en otros mediante normas tácitamente aceptadas (por ejemplo, cuándo y en qué medida es aceptable beber alcohol). Las personas que tienden a transgredir las normas que regulan el comportamiento de las sociedades pueden verse impulsadas a consumir drogas por el mero de hecho de incumplir las normas.
- La escuela: Se constituye como un agente educativo y de socialización prioritario. En la escuela, el grupo de compañeros proporciona al adolescente ayuda para definir y consolidar su identidad, comparten problemas, sentimientos y emociones, ayuda a satisfacer necesidades sociales, tales como afecto, seguridad, estima; pero el grupo también ejerce influencia negativa en los adolescentes porque pueden aprender conductas antisociales como el consumo de drogas o la delincuencia.
- Clima escolar y estilo educativo: Las condiciones del centro escolar no solo están determinadas por el proyecto educativo que se desarrolla sino por la filosofía del centro, sus valores y el estilo de relación entre los educadores y con los alumnos. Esto, en conjunto, es lo que se denomina clima de centro. Se considera que existe un clima de centro positivo, cuando están presentes en las relaciones de todos sus miembros valores que favorezcan aspectos como el respeto, la comunicación, la solidaridad, la convivencia y la participación. Dentro de este contexto, se considera que serían factores de protección un estilo educativo democrático y participativo, una escuela que promueve la solidaridad, la integración y los logros personales, continuar los estudios, aún con dificultades, la implicación de los alumnos en la escuela, buena adaptación escolar y la existencia de normas que limiten el consumo en la comunidad educativa. Martínez-González, Robles-Lozano y Trujillo (2003) confirman que el hecho de que en el centro haya normas claras es un factor de protección en los alumnos.
- Los consumos de los amigos: El grupo de amigos se ha manifestado como una de las variables más influyentes a la hora de explicar el consumo de drogas, hasta tal punto de que, para algunos autores, el consumo depende enteramente de la naturaleza social del grupo de amigos del sujeto, es decir, que cuando los pares de un adolescente usan drogas, éste tiene una alta probabilidad de usarlas también aunque no estén presentes otros factores de riesgo.
- Las actividades de ocio: El ocio desarrollado en discotecas y bares y las salidas nocturnas de fin de semana, correlacionan con un mayor consumo de sustancias (Navarro, 2000; Pons y Berjano, 1999). Para Fernández (2003) la gestión del ocio del fin de semana es el mejor predictor para el consumo de sustancias, por encima de otras variables como son la personalidad, características de los pares y familiares y las variables escolares. Así, participar en actividades religiosas y practicar algún deporte se han mostrado como factores de protección (Navarro, 2000).
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