Introduccion
La agorafobia es un trastorno de ansiedad, generalmente asociado con el ataque de pánico, en el que la persona presenta un miedo intenso a la exposición de situaciones diversas (espacios públicos, multitudes o estar sola, entre otros). Es decir, quien lo padece piensa que algo “muy malo” va a suceder. En consecuencia, dicha sensación genera que tenga conductas de afrontamiento desadaptativas ante la presencia o anticipación de un estímulo fóbico. A continuación, indaguemos en la agorafobia y qué ocurre cuando el miedo inmoviliza.
¿Por qué el miedo inmoviliza?
Al hablar de un trastorno de ansiedad, nos referimos a diversas fobias que afectan notablemente a la persona, por ejemplo el miedo a las agujas, la talosofobia o la carcinofobia. Particularmente, la agorafobia abarca una amplia gama de situaciones fóbicas, por lo que puede deteriorar notablemente la calidad de vida.
Con lo anterior, su causa es multifactorial y se ha encontrado que quienes la padecen pueden tener comportamientos que evidencian cierta sensibilidad a la ansiedad, eventos traumáticos pasados y conductas catastrofistas y/o desadaptativas. Así mismo, la fobia puede suceder en la infancia, no obstante, es más común en la adolescencia tardía o la adultez temprana. Y, por otro lado, existe una mayor prevalencia en las mujeres.
Situaciones que se suelen evitar
¿Es cierto que el miedo inmoviliza? Sin duda alguna, sí. Muchos de los consultantes dan cuenta de ciertos entornos que pueden actuar como punto de partida. Así, dentro de los principales estímulos fóbicos que las personas con agorafobia han reportado encontramos: el miedo a los espacios cerrados como cines, teatros, mercados, centros educativos, restaurantes, estadios, coliseos y parqueaderos.
Cuando se trata de espacios abiertos, suelen resultar angustiantes los campos o patios. Y, en cuanto al miedo al transporte público, puede existir gran incomodidad al viajar por carreteras de alta velocidad, autobuses, barcos, trenes, coches, metro, aviones o incluso al conducir.
Asimismo, esta condición dificulta la socialización en fiestas o reuniones sociales, al caminar por la calle, hacer colas, cruzar puentes, quedarse solos o estar lejos de casa, por ejemplo. Es decir, pueden existir varios tipos de fobias y, muchas veces, de manera simultánea.
¿Cuáles son los criterios diagnósticos de la agorafobia?
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition, DSM-V, en inglés) los criterios a considerar en un trastorno de ansiedad como este son:
A. Miedo intenso frente a dos o más de las siguientes situaciones:
- Uso del transporte público.
- Espacios abiertos.
- Sitios cerrados.
- Encontrarse en una multitud.
- Estar fuera de casa solo.
B. Evita encontrarse en una situación como estas, debido al miedo de que sus emociones de pánico puedan incapacitarlo, no tener ayuda o que sea un momento vergonzoso.
C. Estas situaciones casi siempre provocan miedo.
D. Este miedo es desproporcionado con respecto a la situación real y al contexto en el que se encuentra.
E. Esta ansiedad, miedo o evitación es continuo, con una duración mínima de 6 meses.
F. Causa malestar clínicamente significativo y dificultades (deterioro) en las áreas en las que generalmente se desenvuelve (laborales, personales, sociales, escolares).
G. Ante la existencia de una afección médica, el miedo se intensifica exageradamente.
H. Esta intensa sensación no se explica por la presencia de otro trastorno.
Características y síntomas asociados en este trastorno de ansiedad
- Evitación continua y activa de las situaciones que producen angustia
- Miedo
- Ansiedad
- Síntomas similares o relacionados al ataque de pánico
- Tienden a sobrestimar el peligro de los síntomas de pánico o corporales
- Prefieren permanecer en casa para evitar salir y exponerse
- Desmoralización y síntomas depresivos
- Abuso de alcohol y medicamentos sedantes
- Intentos indebidos de automedicación
Patrones conductuales de la fobia
Según Peñate et al. (2006), las personas que padecen agorafobia pueden presentar los siguientes comportamientos de carácter desadaptativo:
- Conductas de evitación: Buscan reducir o eliminar la ansiedad al evitar el contacto con los estímulos fóbicos.
- Conductas de escape: Reduce la ansiedad al huir de la situación.
- Evitación interoceptiva: Previene las respuestas fisiológicas negativas similares a las que se producen en el ataque de pánico.
- Conductas de afrontamiento parcial: Su función es enfrentar los estímulos fóbicos con el menor impacto posible.
¿Cómo se puede tratar la agorafobia?
Generalmente, se recomienda que la propuesta de intervención incluya tratamientos combinados. De esta manera, un trastorno de ansiedad como este puede ser manejado, entre otras formas, con el siguiente apoyo:
- Terapia cognitiva conductual: Estudios demuestran la efectividad de la exposición gradual y progresiva al elemento que causa fobia, combinado con estrategias de afrontamiento. Si quieres aprender sobre la toma de decisiones en terapia, te recomendamos nuestro curso en ética y psicología.
- Implementación de las nuevas tecnologías (TIC): Actualmente, aun sin ser concluyentes, existe la posibilidad de tratar la agorafobia con técnicas de realidad virtual. Incluso, se habla de la posibilidad de realizar un trabajo terapéutico online, evitando el contacto físico al mínimo con el paciente.
- Tratamiento farmacológico: De acuerdo al criterio médico, puede requerir la toma de ansiolíticos y antidepresivos, especialmente inhibidores selectivos de recaptación de serotonina.
- Psicoeducación: Como parte complementaria de otros tratamientos, busca orientar al paciente para poder brindarle información y estrategias con las que abordar las implicaciones que tiene dicho trastorno.
Recomendaciones generales para una mejor gestión de las fobias
Ahora, si bien es cierto que la agorafobia requiere del apoyo de profesionales, es también importante brindar algunas recomendaciones que pueden permitir un mejor manejo de la crisis de ansiedad que generalmente se produce. Así pues, cuando el miedo inmoviliza se ha de tener en cuenta:
- Buscar estrategias de control de estrés, pues este suele ser un factor detonante para generar una crisis de ansiedad.
- Informarse sobre las implicaciones que tiene la agorafobia, buscar ayuda profesional y fuentes confiables de información para minimizar los pensamientos de miedo irracional.
- Encontrar estrategias de relajación: Actividades que permitan la relajación muscular y el control de la respiración.
- Y, finalmente, buscar apoyo en la familia y los seres queridos.
Conclusión
La agorafobia suele tener consecuencias significativas en la vida de quien lo padece. Se observa una clara interferencia en el desenvolvimiento de la persona y las actividades que realiza por los estímulos fóbicos asociados. Puesto que sí, efectivamente, el miedo inmoviliza. Y es que, esta incapacidad de estar con tranquilidad en diferentes espacios condiciona negativamente la vida de la persona afectando su autonomía, independencia y calidad de vida. Por ello, se vuelve fundamental un diagnóstico e intervención tempranos que apoyen al paciente.
Referencias bibliográficas
- American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
- Peñate, W., Pitti, C., Bethencourt, J. y Gracia R. (2006). Agorafobia (con o sin pánico) y conductas de afrontamiento desadaptativas. Primera Parte. Salud Mental, 29(2), 22-29. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58222905
- Peñate, W., Roca-Sánchez, M., Pitti, C., Villaverde, M., Bethencourt, J., Álvarez-Pérez, Y., De la Fuente, J. y Gracia, R. (2017). Efficacy of an internet-based psychological treatment for agoraphobia with minimal therapist contact. Revista Iberoamericana de Psicología y Salud, 8(2), 85-95. https://doi.org/10.23923/j.rips.2017.08.008
- Pitti, C., Peñate, W., De la Fuente, J., Bethencourt J., Roca-Sánchez, M., Acosta, L., Villaverde, M. y Gracia, R. (2015). El uso combinado de la exposición a realidad virtual en el tratamiento de la agorafobia. Actas Especiales de Psiquiatría, 43(4), 133-141. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5150355
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