Dopamina y adicción
La neurobiología de las adicciones es un campo fascinante que explora las bases biológicas de la dependencia de sustancias. Dentro de dicho ámbito, la dopamina tiene una función central en los circuitos cerebrales relacionados con la recompensa y la motivación. Este neurotransmisor modula la actividad neuronal en áreas como el cuerpo estriado y el núcleo accumbens, involucradas en la percepción y búsqueda de placer. Entonces, ¿cómo influye la dopamina en la formación de hábitos adictivos? ¿Qué tipos de adicciones existen?
Dopamina: El neurotransmisor implicado en las adicciones
La dopamina es un neurotransmisor esencial cuya función es actuar como un mensajero químico en el cerebro, permitiendo la comunicación entre las neuronas. Aunque participa en diversas funciones corporales, es especialmente conocida por su papel en el sistema de recompensa, el cual es el encargado de generar sensaciones de placer y satisfacción cuando llevamos a cabo actividades gratificantes, como comer, escuchar música o alcanzar una meta. Gracias a la dopamina, estas experiencias se refuerzan, lo que nos motiva a repetirlas.
Además, tiene un papel crucial en funciones cognitivas superiores, como la toma de decisiones, el aprendizaje y el control de los impulsos. Por último, en la corteza prefrontal, la dopamina tiene la función de ayudar a regular nuestra capacidad para planificar, enfocarnos y responder de manera adecuada a los estímulos del entorno. Su equilibrio es fundamental: niveles demasiado bajos o altos afectan directamente el estado de ánimo, la motivación y el comportamiento.
Pero, ¿qué es una adicción?
La adicción se define comúnmente como el consumo habitual y no médico de drogas que generan dependencia. Este fenómeno, caracterizado tanto por los efectos inmediatos de intoxicación como por los síntomas de abstinencia cuando la sustancia no está disponible, se asocia con alteraciones en los sistemas cerebrales que juegan un papel relevante en la formación de hábitos y el refuerzo de comportamientos.
Cabe destacar que dicho enfoque ha centrado el debate en drogas específicas, como la heroína y el alcohol, asociadas con síntomas de abstinencia aversivos. Sin embargo, la neurobiología de la adicción abarca más allá de las sustancias (Wise y Robble, 2020).
Tipos de adicciones
Siguiendo esta misma línea, podemos clasificar los distintos tipos de adicciones en dos grandes categorías (Uhl et al., 2019):
- Adicciones conductuales: Comprenden comportamientos compulsivos como el juego patológico, la adicción a Internet y videojuegos, y otras conductas adictivas o hábitos desadaptativos que generan dependencia sin implicar sustancias químicas.
- Adicciones a sustancias: Incluyen tanto sustancias legales, como el alcohol y la nicotina, como ilegales, tales como la cocaína, heroína y metanfetaminas. También abarcan el uso indebido de medicamentos recetados, como opioides y benzodiacepinas.
Adicción como enfermedad crónica
En este sentido, los diferentes tipos de adicciones están estrechamente relacionados con alteraciones en el sistema dopaminérgico del cerebro y en la corteza prefrontal. Debido a ello, gran parte del enfoque en las primeras investigaciones sobre adicción a las drogas ha buscado investigar los efectos gratificantes de las mismas a través de los sistemas límbicos.
Así, en los últimos años, ha sido evidente un interés específico en las fuentes mesencefálicas de liberación de dopamina a estímulos gratificantes. Y, a su vez, sobre las áreas claves (como, por ejemplo, ganglios basales) que procesan las señales de dopamina para influir en la motivación, la recompensa y formación de hábitos, funciones que están profundamente alteradas en la adicción (Ceceli et al., 2021).
Adicción y dopamina: Recompensas
Las neuronas dopaminérgicas responden de manera natural a estímulos intensos, novedosos, recompensas y castigos a través de un mecanismo conocido como activación fásica, o “disparo en ráfaga”. Este tipo de respuesta consiste en ráfagas de descargas eléctricas que se producen de manera refleja, estableciendo asociaciones esenciales para el aprendizaje.
Con el tiempo, y gracias a la contigüidad (repetidas asociaciones temporales), las neuronas también comienzan a responder a estímulos que predicen recompensas. Dicho proceso permite que las neuronas dopaminérgicas adapten su respuesta, emitiendo ráfagas no solo ante la recompensa directa, sino también frente a predictores más tempranos que anuncian su llegada.
Del mismo modo, en el caso de las drogas, los estímulos asociados al consumo (como el entorno o ciertas acciones) llegan a provocar respuestas explosivas similares en el sistema dopaminérgico. En consecuencia, se refuerzan los patrones de conducta que perpetúan distintos tipos de adicciones, consolidando la relación entre los estímulos y la recompensa (Wise y Robble, 2020).
El impacto neurobiológico de las adicciones
Sin lugar a dudas, es un hecho que los distintos tipos de adicciones, ya sea por consumo de sustancias o de alcohol, imponen grandes cargas sanitarias y económicas. Lo anterior no se produce únicamente a un nivel individual, sino que también afecta a familias, comunidades y a la sociedad en su conjunto.
Consecuentemente, los avances en la neurociencia han permitido comprender con mayor detalle los cambios neurobiológicos subyacentes al desarrollo de un trastorno por uso de sustancias. Estos estudios han revelado cómo ciertos factores biológicos y conductuales, especialmente en poblaciones vulnerables como adolescentes y jóvenes adultos, aumentan los riesgos de adicción (Uhl et al., 2019).
Conclusión
La adicción, en sus diversas formas, es un fenómeno complejo que va más allá del consumo de sustancias, involucrando también patrones de comportamiento compulsivo. Su raíz neurobiológica destaca la importancia de los sistemas dopaminérgicos y otras áreas cerebrales en el desarrollo y mantenimiento de estos trastornos, reflejando cómo el cerebro adapta sus respuestas a estímulos gratificantes y predictores de recompensa.
Comprender la adicción como una enfermedad crónica y multifacética nos permite enfocar las intervenciones hacia un abordaje más integral que tenga un impacto directo sobre la calidad de vida de las personas. Desde la prevención en poblaciones vulnerables hasta la implementación de tratamientos que consideren las alteraciones neurobiológicas subyacentes, la ciencia avanza hacia soluciones más efectivas. Por ende, si te interesa la temática, te sugerimos acceder a nuestro curso de estrategias de prevención en adicciones.
Referencias bibliográficas
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Ceceli, A. O., Bradberry, C. W. y Goldstein, R. Z. (2021). The neurobiology of drug addiction: cross-species insights into the dysfunction and recovery of the prefrontal cortex. Neuropsychopharmacology, 47(1), 276-291. https://doi.org/10.1038/s41386-021-01153-9
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Uhl, G. R., Koob, G. F. y Cable, J. (2019). The neurobiology of addiction. Annals Of The New York Academy Of Sciences, 1451(1), 5-28. https://doi.org/10.1111/nyas.13989
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Wise, R. A. y Robble, M. A. (2020). Dopamine and Addiction. Annual Review Of Psychology, 71(1), 79-106. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-010418-103337
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